Hilda surge como un canal de expresión y autoconocimiento. En una sociedad donde nos hemos acostumbrado al consumo, la moda rápida y los excesos, buscamos crear un universo donde podamos volver a conectar con el pasado, realizando todas nuestras piezas de manera artesanal.

Hilda era mi abuela. Ponerle el nombre de mi abuela a mi marca fue una manera de honrar a mis antepasados, así como también el rol que tiene la mujer dentro de la artesanía.

Nos conectamos con el trabajo manual, haciendo cada pieza bajo pedido, lo que nos imposibilita acumular stock. Buscamos crear diseños atemporales que trasciendan el paso del tiempo, intentando generar el menor impacto posible.

Todas las piezas se realizan en nuestro taller en Buenos Aires, Argentina, y tardan un aproximado de 17 días hábiles antes de ser enviadas. Esta espera es lo que hace que tanto cada joya como el trabajo que hay detrás sea único.